Creciendo todos los días
Qué ilusión, nuestra principal vía de trabajo en el club empieza su andadura real. Todos nuestros socios son importantes para nosotros, pero la semana pasada recibimos a unos socios especiales. María y Josep decidieron que querían comprar uno de nuestros potros, tenerlo en nuestras instalaciones e ir haciéndolo suyo poco a poco. Lo que para nosotros es el pupilaje. Desde hace muchos años, el club buscaba nuevas referencias dentro del ámbito de la hípica y conseguimos aunar la experiencia que adquirimos con la propia crianza de nuestros animales y la realidad que vivimos a diario la mayoría de los «mortales», el tener un lugar adecuado en tamaño y forma para nuestros amigos de cuatro patas. Sabemos que no es fácil disponer de cuadras adaptadas y de lugares preparados de uso doméstico para poder tener y proporcionar los cuidados adecuados para los caballos. Y eso es lo que hace que muchos amantes de la hípica se vean en la necesidad de cambiar sus hábitos o sus aficiones al no disponer de los establos necesarios.
Para nosotros es una magnífica noticia, ya que vamos a emprender junto a esta maravillosa pareja un nuevo viaje para cumplir una de sus maravillosas ilusiones, tener un caballo propio hecho a su medida. En el Club Hípico Río Aragón tenemos las cosas muy claras, la confianza de los animales se gana acompañando y entendiendo que somos uno más en su grupo afectivo. Para eso, al margen de nuestras instalaciones, ponemos a disposición de nuestros socios, el acompañamiento diario en las tareas propias de nuestra explotación; aconsejamos sobre el uso de las herramientas y os ayudaremos, desde la elección del animal en base a vuestras pretensiones, cómo al servicio veterinario que vosotros elijáis.
Estamos muy ilusionados, desde la semana pasada Zar ha pasado a ser el niño mimado de María. Ya ha recibido las primeras cepilladas de su dueña, le hemos puesto la cabezada e incluso se ha dejado poner la silla. La verdad es que el pequeño se está portando muy bien y recibe con cariño todas las caricias que le hace su nueva dueña. Así es cómo queremos y entendemos nosotros el acompañamiento.
Mientras Zar va a sumiendo sus nuevos aprendizajes, María se va poniendo en forma y volviendo a recuperar su época amazona a lomos de otros de nuestros ejemplares, esperando muy ilusionada hacer su primer paseo montada en su querido ZAR.
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Una imagen vale más que mil palabras, esas sonrisas no engañan, felices! Nuestra más sincera enhorabuena.